viernes, 10 de noviembre de 2006

MIRRINGA MIRRONGA


Mirringa Mirronga, la gata candongava a dar un convite jugando escondite,y quiere que todos los gatos y gatasno almuercen ratones ni cenen con ratas."A ver mis anteojos, y pluma y tintero,y vamos poniendo las cartas primero.Que vengan las Fuñas y las Fanfarriñas,y Ñoño y Marroño y Tompo y sus niñas."Ahora veamos qué tal la alacena.Hay pollo y pescado, ¡la cosa está buena!Y hay tortas y pollos y carnes sin grasa.¡Qué amable señora la dueña de casa!"Venid mis michitos Mirrín y Mirrón.Id volando al cuarto de mamá Fogónpor ocho escudillas y cuatro bandejasque no estén rajadas, ni rotas ni viejas."Venid mis michitos Mirrón y Mirrín,traed la canasta y el dindirindín,¡y zape, al mercado! que faltan lechugasy nabos y coles y arroz y tortuga."Decid a mi amita que tengo visita,que no venga a verme, no sea que enferme,que mañana mismo devuelvo sus platos,que agradezco mucho y están muy baratos."¡Cuidado, patitas, si el suelo me embarran¡Que quiten el polvo, que frieguen, que barran¡Las flores, la mesa, la sopa!... ¡Tilín!Ya llega la gente. ¡Jesús, qué trajín!".Llegaron en coche ya entrada la nocheseñores y damas, con muchas zalemas,en grande uniforme, de cola y de guante,con cuellos muy tiesos y frac elegante.Al cerrar la puerta Mirriña la tuertaen una cabriola se mordió la cola,mas olió el tocino y dijo "¡Miaao!¡Este es un banquete de pipiripao!"Con muy buenos modos sentáronse todos,tomaron la sopa y alzaron la copa;el pescado frito estaba exquisitoy el pavo sin hueso era un embeleso.De todo les brinda Mirringa Mirronga:– "¿Le sirvo pechuga?" – "Como usted disponga,y yo a usted pescado, que está delicado".– "Pues tanto le peta, no gaste etiqueta:"Repita sin miedo". Y él dice: – "Concedo".Mas ¡ay! que una espina se le atasca indina,y Ñoña la hermosa que es habilidosametiéndole el fuelle le dice: "¡Resuelle!"Mirriña a Cuca le golpeó en la nucay pasó al instante la espina del diantre,sirvieron los postres y luego el café,y empezó la danza bailando un minué.Hubo vals, lanceros y polka y mazurca,y Tompo que estaba con máxima turca,enreda en las uñas el traje de Ñoñay ambos van al suelo y ella se desmoña.Maullaron de risa todos los danzantesy siguió el jaleo más alegre que antes,y gritó Mirringa: "¡Ya cerré la puerta!¡Mientras no amanezca, ninguno deserta!"Pero ¡qué desgracia! entró doña Engraciay armó un gatuperio un poquito seriodándoles chorizo de tío Pegadizopara que hagan cenas con tortas ajenas.

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